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Las empresas buscan proveedores alternativos para distribuir los riesgos de la cadena de suministro y desarrollar resiliencia para mitigar el impacto de la COVID-19

La pandemia de la COVID-19 está obligando a las empresas a explorar nuevos proveedores y a acelerar la digitalización como parte de su respuesta a la interrupción de la cadena de suministro causada por la pandemia.

Según la encuesta Viewpoint de DNV GL a 1.142 empresas, el 56% de los encuestados ha experimentado una interrupción en la cadena de suministro debido a la pandemia. Las principales causas de interrupción son los retrasos en los suministros (el 45% de los encuestados), problemas logísticos (el 34%) y limitaciones al comercio internacional (el 24%). 

Como resultado, el 57% planea fortalecer y diversificar su cadena de suministro trabajando con nuevos proveedores. Las empresas también buscan mitigar el impacto de la pandemia mediante la introducción de la digitalización (36%), la revisión de los criterios de selección de proveedores (36%) y la revisión de las prácticas de gestión de existencias (36%). 

“Con efectos severos como ventas e ingresos reducidos (57%), producción reducida (39%) y mayores costos operativos (35%), ha sido un gran desafío para muchas empresas continuar haciendo negocio. No es sorprendente que el cambio estratégico que la mayoría de las empresas hayan encontrado sea distribuir los riesgos de su cadena de suministro mediante la diversificación de su base de proveedores, proporcionándoles más de un soporte sobre el que apoyarse en el futuro”, ha dicho Luca Crisciotti, CEO de DNV GL – Business Assurance.

Las empresas no solo buscan fuera para reaccionar. La encuesta muestra que las compañías están trabajando activamente de forma colaborativa y constructiva con los proveedores existentes para encontrar soluciones pragmáticas. Esta tendencia sigue la práctica recomendada de conocer primero a sus proveedores, establecer prioridades y aumentar la comunicación y la colaboración. La encuesta muestra que el 77% identifica y evalúa los riesgos, el 45% identifica acciones de mitigación, el 42% implementa acciones de mitigación y el 50% monitorea las acciones implementadas. 

Esta conducta indica un nivel de madurez en la gestión de los proveedores existentes que es muy positivo y ayuda a dar una respuesta a medida. Al mismo tiempo, solo el 26% tiene el control de los proveedores indirectos e incluye a los que están más allá del nivel 1. Conocer a los proveedores de un extremo a otro es esencial para construir una respuesta completa y resiliente en cualquier momento, y quizás incluso más en una situación vulnerable y volátil provocada por la pandemia. La COVID-19 está impulsando la gestión de riesgos de la cadena de suministro a un puesto más alto de la agenda, y las empresas se ven obligadas a aumentar su madurez y mejorar la resiliencia de su cadena de suministro.

“No hay donde esconderse. Cada problema debe abordarse de frente y rápidamente. La resiliencia tiene ahora menos relación con el mantenimiento de la estabilidad. Se trata de poder asumir un enfoque ágil y dinámico. La COVID-19 está obligando a las empresas a reinventar la resiliencia, a cambiar y adaptarse. Es bueno ver que las empresas están aprendiendo y avanzando en la dirección correcta”, ha concluido Luca Crisciotti.