Se estima que los sistemas agrícolas y alimentarios representan un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, más del doble de las del sector del transporte (IPCC). En este marco, muchos sistemas de producción de alimentos ya no son sostenibles.
Si no se producen cambios significativos y sistemáticos, el sistema alimentario mundial seguirá empeorando el medio ambiente, agravando el cambio climático, y puede comprometer la capacidad del mundo para producir alimentos en el futuro, en concreto para alimentar a una población prevista de unos 9.000 millones de personas para 2050.
Aunque en las últimas décadas han surgido muchas innovaciones y avances tecnológicos, esta combinación de factores sigue planteando desafíos nuevos y complejos para la agricultura mundial y ha dado lugar a una demanda generalizada y creciente de nuevos marcos organizativos y sistemas productivos concebidos para garantizar la seguridad alimentaria y energética de manera sostenible desde el punto de vista ambiental y social.
En este sentido, la Unión Europea lanzó hace unos años la iniciativa del Mercado Único de Productos Verdes (Single Market for Green Products initiative). Como parte de esta iniciativa, entre 2014 y 2016 la Comisión Europea ha puesto en marcha dos proyectos piloto para perfilar un método analítico para la evaluación del comportamiento medioambiental del ciclo de vida de los productos, conocido como la Huella Medioambiental de los Productos (PEF). Este piloto, que ha involucrado a un grupo de productos agroalimentarios, podría establecer las normas medioambientales para los productos agroalimentarios comercializados en Europa.
¿Por qué es importante el PEF para las empresas agroalimentarias de los países mediterráneos?
Porque los estándares PEF podrían convertirse en los próximos años en la única y reconocida certificación medioambiental para productos agroalimentarios en la Unión Europea.
La Huella Medioambiental de los Productos podría ser un factor de cambio para el sistema económico mediterráneo, en el que los productos agroalimentarios constituyen el primer pilar económico. Conocer lo antes posible los estándares de la huella ambiental basados en el PEF se está convirtiendo en un activo competitivo clave para las compañías y empresas de cualquier tamaño.
Las empresas que quieran ser etiquetadas como "sostenibles en la producción" podrían verse obligadas a demostrar el cumplimiento de los estándares PEF. Además, se pedirá a las PYMEs y microempresas que cooperan con las grandes empresas agroalimentarias, como parte de su cadena de suministro, que cumplan los PEF.
¿Están dispuestas las empresas agroalimentarias mediterráneas a revisar su propia fase de producción y a adoptar estándares más ecológicos de acuerdo con las etiquetas de sostenibilidad de próxima generación basadas en el PEF?
En el proyecto PEFMED, se llevan a cabo varias pruebas de estrés en algunos sectores productivos clave (lácteos, cárnicos, aceite de oliva, vino, piensos, agua envasada) para evaluar la posición de las empresas agroalimentarias mediterráneas ante los cambios y empujarlas hacia intervenciones eco-innovadoras.
Fuente: www.pefmed-blog.eu