Este artículo fue publicado en el Technology Outlook 2025, una publicación quinquenal de DNV GL que da a los clientes y partes interesadas una base de discusión y comprensión del panorama tecnológico de la próxima década, en algunos sectores seleccionados. Hablamos de la sostenibilidad de los océanos.
La acuicultura juega un papel cada vez mayor, proporcionando ya más de la mitad del suministro mundial de pescado para consumo humano. Sin embargo, a pesar de los avances en tecnología que permiten las operaciones masivas de pesca industrial, la captura mundial de peces en aguas marinas no ha aumentado de forma significativa desde finales de 1980.
El modelo actual de producción de pescado, tanto la pesca como la acuicultura, es claramente insostenible. La FAO estimó en 2011 que el 28,8% de las poblaciones marinas de peces fueron pescados a niveles biológicamente insostenibles, y otro 60% de las poblaciones marinas de peces fueron completamente explotadas. Para la maricultura, la preocupación por la sostenibilidad ambiental incluye la dilución genética de las poblaciones naturales, la destrucción de los manglares y los impactos en zonas costeras sensibles.
Por otra parte, tanto para la pesca como para la maricultura, la proporción de la captura total que se desecha se considera un derroche dañino de los recursos marinos. La pérdida total en toda la cadena de valor, desde la captura primaria al consumo humano, va de un 30% a un 50% dependiendo de las distintas regiones geográficas.
Esto pone de relieve un enorme potencial de aumentar la utilización de subproductos marinos para alimentar a una población que va en aumento. Hoy en día, la mayoría de los subproductos se utilizan en el sector de la alimentación, pero volúmenes cada vez mayores son utilizados para producir ingredientes a un alto precio para el consumo humano, como el omega-3 en alimentos funcionales y en suplementos dietéticos, proteínas hidrolizadas para aplicaciones bioactivas y alimentos para uso médico.
Artículo traducido de Technology Outlook 2025.